Un enjambre de risas de vitriolo
vaticina mi muerte des-almada
para la diversión de un tigre asténico
tan de su soledad, tan solitario
que se mira en los charcos espejeantes
por ver una mirada prendida de la suya.
No sabe que ha robado un maleficio:
acerico vudú de alfileritos negros
un pulsante latido de carne silenciosa
una tortura en clave de vocablo
un disturbio de insomnios
un esplín a prueba de lujuria
una llaga de vidrio
un cadalso.
Un tigre ronronea displicente
llevándose mi espíritu
y mastica victoria con dientes de vigilia
sin medir consecuencias
ni atenerse a los códigos felinos
con las garras deicidas
listas para el zarpazo iconoclasta
que llegará hasta el blanco de mis huesos
cargado de ironía
y ha de volverme cruel para los ojos.
No sabe que una gata malherida
es la perpetua novia del escándalo
y la mejor amante del peligro.
No sabe, pero sirve.
vaticina mi muerte des-almada
para la diversión de un tigre asténico
tan de su soledad, tan solitario
que se mira en los charcos espejeantes
por ver una mirada prendida de la suya.
No sabe que ha robado un maleficio:
acerico vudú de alfileritos negros
un pulsante latido de carne silenciosa
una tortura en clave de vocablo
un disturbio de insomnios
un esplín a prueba de lujuria
una llaga de vidrio
un cadalso.
Un tigre ronronea displicente
llevándose mi espíritu
y mastica victoria con dientes de vigilia
sin medir consecuencias
ni atenerse a los códigos felinos
con las garras deicidas
listas para el zarpazo iconoclasta
que llegará hasta el blanco de mis huesos
cargado de ironía
y ha de volverme cruel para los ojos.
No sabe que una gata malherida
es la perpetua novia del escándalo
y la mejor amante del peligro.
No sabe, pero sirve.
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